El arte del plegado del papel potencia la memoria, sirve para combatir el estrés y trata dolencias como la artritis y la depresión, entre otras.
Los sentidos que más se activan durante el proceso de doblado son el tacto y la vista. También se beneficiarán con su práctica aquellas con problemas de control de movimientos y de los músculos, de motricidad fina – movimientos pequeños que requieren de precisión- o de coordinación de las manos con los ojos. Se mejora, asimismo, la memoria espacial, la orientación y la habilidad para reconocer las formas de las figuras planas y de las figuras en 3D.
Asimismo, se ha demostrado que el desarrollo de las capacidades cognitivas está vinculado al desarrollo psicomotor de la persona, y por eso no es de extrañar que la papiroflexia ayude a mejorar la memoria, la percepción y la atención. El proceso de plegado se convierte en un momento de tranquilidad, aislamiento, concentración y relajación, y eso reduce el estrés y la ansiedad. Asimismo, completar un proyecto creativo mejora la satisfacción personal y la autoestima.